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Depresión, Trastorno Depresivo Mayor y Distimia

Normalmente alguien dice depresión y lo primero que piensas es en una persona con tristeza, que se la pasa llorando y durmiendo todo el día, a obscuras y sin energía; y eso es solo una parte de todo lo que engloba la depresión.

Hoy en día se conocen al menos 10 tipos de depresión que se van clasificando según los síntomas, pero en esta ocasión hablare de los 3 más comunes.

Todos durante toda la vida experimentaremos depresión en forma de estados o episodios, ¿qué quiero decir con esto? Tu puedes estar pasando por un estado de depresión y no precisamente es una enfermedad, es algo más pasajero. Como cuando terminas la escuela, cambias de trabajo, te cambias de casa, esto puede generar sentimientos de tristeza, que te sientas apachurrad@ o que estes añorando que las cosas sean diferentes, sin embargo al paso de los días estas emociones van bajando y tu ánimo mejora hasta que ese estado de depresión desaparece.

Esto es completamente natural y parte del ser humanos al experimentar cambios o cierres de ciclos, pero la cosa se empieza a complicar cuando este estado de ánimo pasa de días a semanas y además los síntomas se intensifican.

El Trastorno Depresivo Mayor, es justo cuando tu vida se trastorna por todo este cúmulo de emociones, sensaciones, reacciones y pensamientos. No es lo mismo sentir depresión que tener un trastorno depresivo aunque los síntomas pueden ser muy similares, podemos decir que ya es un trastorno cuando llevas más de tres meses con emociones debilitantes, baja energía, tus ciclos de sueño ya se ven afectados al igual que tu alimentación.

En el Trastorno Depresivo Mayor se empiezan a sumar emociones más densas como la culpa, desanimo y pérdida de interés en lo que antes te gustaba, además de estas emociones, los pensamientos negativos suelen ser más recurrentes y prolongados. Lo más alarmante en un trastorno es el pensamiento suicida y la intención de hacerlo.

En el caso de la Distimia para mí es la depresión más peligrosa, porque sus síntomas al principio son leves y no tan recurrentes, podría confundirse con estados de depresión donde unos días te sientes súper bien, con mucha energía, alegre, motivado y puedes realizar todas tus actividades con normalidad; pero de repente llegan un par de días donde tu energía es baja, te sientes irritad@, triste y desanimado, sin embargo solo son de dos a tres días y de nuevo tu vida vuelve «a la normalidad».

Con la distimia estos días de depresión van aumentando al igual que la intensidad de los síntomas, si antes eran 2-3 días con síntomas leves al pasar de los meses aumentan 4-5 días y los síntomas son más notorios. Lo peligroso aquí es que este sube y baja de emociones se vuelve un patrón repetitivo que cuando quieres romperlo se vuelve un caos y pasas de un estado de depresión a una distimia experimentando esos síntomas del trastorno depresivo mayor.

Les digo que para mi es la depresión más peligrosa porque no se estaciona en comparación de un trastorno depresivo mayor donde son todos los días grises, con la distimia te «descanso» y puedes experimentar días funcionales donde incluso puedes controlar y manejar tus pensamientos y emociones.

Si no rompes a tiempo este patrón negativo, puedes estar en la línea de pasar a un trastorno en donde ya no tienes el control de tus pensamientos y emociones.

Yo les hablo mucho de como funciona nuestra mente y si recuerdan, les he hablado de la zona de cómoda que no es para nada cómoda, sino que es lo que la mente conoce como «normal» y entonces estos patrones de días buenos y otros malos, la mente los normaliza y te hace pensar «no necesito ayuda, al rato se me pasa» (Ya estuve ahí y no salió nada bien)

No esta mal tener días grises, es normal, lo que no es para nada normal es el tiempo en que esos días grises se estancan en nuestra vida y el impacto que generan en nuestra rutina. Si tus pensamientos y emociones ya están trastornando tu día a día, es hora de pedir ayuda y no esperar a que este caos explote.

En el episodio del podcast de esta semana, el Psicólogo Javier Romero nos cuenta que si ya van más de tres meses experimentando tristeza, desanimo, irritabilidad, falta de concentración, miedo, angustia, desesperanza, entre otras emociones incómodas, es hora de pedir ayuda.

Y aquí quiero hacer un espacio para platicarles que la depresión también se ve como una persona que todo el tiempo esta de malas, como esa persona workaholic, como la persona que se la pasa de fiesta en fiesta, como aquel adicto al alcohol o a las drogas, como el adolescente que se la vive en su cuarto encerrado porque es «antisocial», como ese papá reservado que no habla más que para pedirte que le pases la sal.

La depresión se ve de muchas maneras, aunque sus síntomas no impliquen que deje de ser una persona funcional. Hay personas con una vida «normal» pero que tienen un trastorno depresivo mayor o distimia (Yo fui de esas personas), la cosa se complica cuando en la vida ocurre algún suceso difícil y todo «explota», la vida se vuelve insostenible y cuesta muchísimo salir de esa situación.

No normalicen estar la mayor parte del tiempo de malas, sin energía, irritados, mal humorados, tristes, desanimados y menos tener pensamientos negativos 24/7, NO ES NORMAL.

Les recomiendo escuchar el episodio del podcast de esta semana donde el psicólogo Javier Romero nos comparte más acerca de este tema, aquí les dejo el enlace:

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